La Francia de Luis XVI
A finales del
siglo XVIII, Francia vivía en pleno Antiguo Régimen. El sistema político era
una monarquía absoluta, y el rey se llamaba Luis XVI (en esta fotografía puedes
ver cómo era). La sociedad estaba dividida en tres estamentos. El clero y la
aristocracia eran estamentos “privilegiados”: poseían casi toda la tierra y no
pagaban impuestos. El tercer estado, al que pertenecía casi toda la población,
vivía en una situación mucho peor y mantenía el país con sus impuestos.
Los Estados Generales
Ante la crisis
económica que vivía Francia, varios ministros quisieron aplicar algunas
reformas; por ejemplo, que los estamentos privilegiados pagaran también
impuestos. Los aristócratas se rebelaron. Uno de esos ministros, Jacques
Necker, aconsejó al Rey que convocara los Estados Generales. Cuando estos se
reunieron en Versalles en 1789, los representantes del tercer estado se
separaron de los dos estamentos privilegiados, efectuaron el llamado “juramento
del Juego de la Pelota” (para redactar una Constitución) y establecieron la
Asamblea Nacional Constituyente.
Así empezó la
Revolución Francesa, a la que pronto se unió el pueblo (también lo hicieron
algunos nobles y religiosos, y parte del Ejército). El 14 de julio de 1789, los
habitantes de París tomaron la cárcel de La Bastilla para protestar contra el
Rey. Muchos aristócratas huyeron para luchar desde el exterior contra la
Revolución.
La Convención Nacional
En 1792, ante
la actitud del Rey y el inicio de la guerra contra Austria (y luego contra
Prusia), cobraron fuerza en el pueblo los ideales de la burguesía más radical,
partidaria del establecimiento de la República. En agosto de ese año, se
produjo un movimiento popular que culminó con el derrocamiento de Luis XVI y la
formación de la Convención Nacional, que sustituyó a la Asamblea Legislativa.
Poco después, el 21 de enero de 1793, Luis XVI, condenado a muerte por la
Convención Nacional, fue guillotinado (ése es el momento que recoge el grabado
de la imagen).
Durante el
periodo de la Convención Nacional, la Revolución Francesa alcanzó sus momentos
más radicales. Los grupos más importantes eran los girondinos, la Montaña y la
Llanura. Entre 1792 y 1793, la Convención estuvo dominada por los girondinos;
se proclamó la República y Luis XVI fue ejecutado. Como la Revolución seguía
amenazada desde el exterior y en el interior, el grupo más radical, la Montaña
(cuyos líderes eran Robespierre, Danton y Marat), se hizo con el poder en la Convención.
Apoyada por gran parte del pueblo, la Montaña intentó liquidar cualquier tipo
de oposición a la Revolución. Instituciones como el Comité de Salvación Pública
o el Tribunal Revolucionario promovieron numerosas ejecuciones. Por eso, esta
etapa revolucionaria es conocida como Reinado del Terror. En la imagen puedes
ver un retrato de Robespierre.
El Directorio
En 1795, la
Convención Nacional promulgó una nueva Constitución por la que un Directorio
sería el nuevo gobierno de la República. Tras sucesivas crisis, el Directorio
fue derrocado por el golpe de Estado del 18 y 19 de brumario del año VIII (no
te extrañe esta fecha, que corresponde a los días 9 y 10 de noviembre de 1799:
se debe a que la Revolución Francesa tuvo su propio calendario).
Tras la caída del
Directorio, Napoleón Bonaparte se convirtió en el principal protagonista de los
siguientes periodos de la historia francesa: el Consulado (1799-1804) y el
Imperio (1804-1815). Además, su figura resultó fundamental para que, durante
las llamadas Guerras Napoleónicas, los ideales revolucionarios llegaran a
distintos lugares de Europa. Así, durante el siglo XIX, las ideas liberales
triunfaron en muchos países en los que, como en Francia, desapareció el Antiguo
Régimen.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Déjanos un buen comentario.