¿QUÉ ES LA GLOBALIZACIÓN?
La globalización es un concepto que intenta definir la
realidad de nuestro planeta como un todo conectado, que se va pareciendo cada
vez más a una sola sociedad. Evidentemente, esto es una exageración, porque
sigue habiendo enormes desigualdades en nuestro mundo, y continúan existiendo
los Estados independientes. Pero es un fenómeno que afecta a casi todas las
sociedades de la Tierra. Todo lo que tiene que ver con la economía, las
relaciones sociales, la política y la cultura de los distintos grupos de seres
humanos está cada vez más internacionalizado. ¿Qué significa esto? Que ahora te
puedes enterar de lo que pasa en el otro extremo del mundo instantáneamente
(gracias a Internet), y que, además, esos hechos podrían llegar a afectarte de
algún modo; que el comercio mundial ha crecido hasta niveles inimaginables, y
que las empresas grandes se han convertido en multinacionales, y ya casi nunca
vienen de un solo país. Es decir, que, como hemos dicho, todo está mucho más
cerca que antes. Y además, las modas llegan a muchos más sitios que hace unos
años, y las formas de vida se van asemejando entre sí, poco a poco.
LA PRIMERA GLOBALIZACIÓN: LA ECONÓMICA
En su origen, la palabra globalización se utilizó para
nombrar el conjunto de cambios que se producían en las economías de los países,
cada vez más relacionadas, debido al crecimiento enorme del comercio. La
globalización económica supone una mayor libertad para realizar intercambios de
productos y mercancías entre los distintos países.
Aunque la palabra globalización comenzó teniendo ese uso
económico, que todavía hoy es el fundamental, ha pasado a ser usada también
para hablar de avances tecnológicos y de los cambios en la justicia y el ocio o
tiempo libre.
LA GLOBALIZACIÓN EN UN MUNDO CAMBIANTE
El mundo está viviendo en la actualidad una rapidísima
transformación, en todos los ámbitos, que, sin embargo, está produciendo un
doble efecto:
las sociedades
cada vez están más relacionadas entre sí, y parece que podrían ser cada vez más
prósperas; se presentan
ciertos efectos negativos derivados de estos cambios.
En efecto, de una parte nos encontramos con la
mundialización o globalización de las relaciones entre los pueblos; con los
progresos en la técnica y en la ciencia, y con la impresionante mejora de las
comunicaciones. Pero por otra parte, siguen e incluso aumentan las profundas
desigualdades que existen entre los seres humanos y prosiguen los graves
ataques al medio ambiente, fruto de un desarrollo rápido e imparable.
Desde las últimas décadas del siglo XX, se han
generalizado una serie de comportamientos a lo largo y ancho del planeta. Las
cosas que gustan en un extremo de la Tierra pueden gustar en el otro extremo, y
muchos valores son compartidos hoy por millones de personas que viven en sitios
muy distintos, incluso lejanos. Es como si las distancias se hubiesen acortado.
¿Gracias a qué? Esto es debido, sobre todo, al impresionante avance de los
medios de comunicación: el principal instrumento de universalización y de
conexión entre todas las culturas mundiales es Internet, un avance casi
milagroso para la información, el conocimiento y las relaciones entre personas
que viven lejos. Aunque hay que tener cuidado, porque esta puede ser otra
fuente de diferencias, ya que, por ejemplo, hoy hay países enteros donde los
niños ni siquiera pueden acceder a un ordenador.
LA ANTIGLOBALIZACIÓN
Muchísimas personas y organizaciones en todo el mundo
dudan sobre el alcance y los beneficios de la globalización. Y esas dudas han
provocado una reacción en contra de ella. A finales del siglo XX nacieron los
movimientos antiglobalización, que suelen manifestarse aprovechando las
reuniones de las organizaciones económicas internacionales. Estos colectivos
piden que los países pobres puedan conseguir un desarrollo económico distinto
al que promueven las grandes organizaciones internacionales.
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