¿QUÉ ES LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL?
Llamamos Revolución Industrial al
cambio fundamental que se produce en una sociedad cuando su economía deja de
basarse en la agricultura y pasa a depender de la industria. Ese proceso
se ha dado en distintas épocas dependiendo de cada país (en algunos, incluso,
todavía hoy no se ha producido).
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL EN REINO UNIDO
La primera Revolución Industrial
tuvo lugar en Reino Unido a finales del siglo XVIII. A partir de ese momento,
la economía y la sociedad británicas vivieron una profunda transformación. Los
cambios afectaron a los procesos de producción: qué, cómo y dónde se
producía. El número de productos manufacturados (fabricados) creció de forma
espectacular gracias a que mejoraron las técnicas de elaboración: ahora se
producía de manera más eficaz. Hasta entonces, los productos se fabricaban en
pequeños talleres, donde el artesano realizaba todas las partes del trabajo
necesario para hacer un producto. Con la Revolución Industrial, aparecieron
grandes fábricas, con nuevas máquinas, en las que había muchos trabajadores, y
cada uno de ellos se encargaba solo de una de las partes del trabajo necesario
para fabricar el producto.
Como la industria empezó a
tener más importancia que la agricultura (recuerda que eso es lo que
caracteriza a la Revolución Industrial), muchos habitantes de las zonas rurales
(del campo) emigraron hacia las zonas urbanas (las ciudades). La aparición de
las grandes fábricas hizo que estas ciudades fueran cada vez mayores.
Pronto, Reino Unido pasó a ser
el país del mundo que más productos industriales fabricaba. Con los beneficios
o ganancias, los industriales creaban nuevas empresas, o mejoraban aún más la
maquinaria de las que ya tenían.
LOS GRANDES AVANCES TECNOLÓGICOS DE LA
REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Ya hemos visto que la
Revolución Industrial comenzó a finales del siglo XVIII en Reino Unido. Se
inició gracias a la aparición de una serie de inventos que hicieron que se
pudieran fabricar productos textiles de manera más fácil y rápida (por lo que
eran más baratos para el fabricante). Entre ellos, hay que destacar los
siguientes:
· La
lanzadera volante (1733) de John Kay.
· La
hiladora (1779) de Samuel Crompton.
· El
telar mecánico (1785) de Edmund Cartwright.
Las fábricas textiles se habían
mecanizado gracias a esos inventos. Pero esos mecanismos funcionaban con
energía hidráulica (la que procede de caídas de agua); por eso, había que
colocar las fábricas cerca de corrientes de agua, como, por ejemplo, los ríos.
Esto se solucionó a partir de 1769, cuando un escocés, James Watt,
realizó el gran invento, el gran avance tecnológico del principio de la
Revolución Industrial: la máquina de vapor. En 1785, se instaló la
primera máquina de vapor para hacer funcionar una fábrica de algodón. Desde
entonces, el vapor sustituyó al agua como fuerza motriz.
La invención de la máquina
de vapor tuvo más consecuencias. No muchos años después, en 1804, un ingeniero
inglés que se llamaba Richard Trevithick fue capaz de hacer que una
máquina de vapor moviera una locomotora. Había nacido el ferrocarril.
Así, la máquina de vapor
revolucionó, a su vez, el mundo del transporte: el ferrocarril y los barcos de
vapor permitieron que los productos de las fábricas llegaran, de forma más
rápida y barata, a los mercados de lugares muy lejanos. Todo ello favoreció el
proceso de industrialización.
A mediados del siglo XIX,
Francia, Bélgica, Alemania y Estados Unidos vivieron sus propios procesos de
Revolución Industrial. A finales de ese siglo, fueron España, Suecia y Japón
los que siguieron el camino abierto por Reino Unido. Las revoluciones
industriales de Rusia y Canadá comenzaron a principios del siglo XX. Más tarde,
a mediados de ese mismo siglo, la industrialización se podía comprobar en
Latinoamérica y en algunos países de Asia y África.